Esta gráfica de Eric “Astro” Teller (Consejero Delegado del Laboratorio Google X de Investigación y Desarrollo), representa como las tecnologías digitales de la Cuarta Revolución Industrial 4RI, caracterizadas por su velocidad, su alcance a escala global
y su impacto en todas las industrias, han superado la capacidad de adaptación de los seres humanos; esto se llama “una dislocación tecnológica”, que es cuando el entorno está siendo alterado tan rápidamente por las tecnologías que todo el mundo siente que no puede seguir el ritmo y hace parecer obsoleto a los productos, los servicios, las empresas y las personas.
“We are here” (nosotros estamos aquí) es el punto que evidencia el avance las tecnologías digitales frente a la velocidad a la que la humanidad se adapta a los cambios del entorno (línea punteada). Nuestra capacidad de adaptación desafortunadamente no es suficiente y muchos no pueden seguir el ritmo, lo que causa ansiedad (pues esto nos vuelve lentos y nos desorienta) y nos impide beneficiarnos totalmente de las nuevas tecnologías.
Lo anterior implica retos para las personas, las empresas y la sociedad en general para intentar aumentar el ritmo de adaptación a las tecnologías digitales; la transformación digital está contribuyendo en parte, por eso las empresas que se sumergen en este proceso, están encontrando nuevas oportunidades de crecimiento y una nueva fuente de ventajas competitivas.
Thomas Friredman en su libro “Gracias por llegar tarde” (2018), indica que una opción para aumentar nuestra capacidad de adaptación como personas o empresas, es valernos de la “estabilidad dinámica”, que es algo así como ir en bicicleta: para avanzar debes pedalear, no puedes quedarte quieto o caerás, pero una vez te pones en marcha resulta fácil, es decir, aprender constantemente y para toda la vida. En un mundo donde todos corren, el que está quieto estará retrocediendo.
* Tomado del Blog del Centro de Pensamiento de Transformación Digital.
Escrito por: Oscar Galindo Rodríguez, Docente CEIPA.