Crisis del sector petrolero y gasífero en Colombia
Crisis del sector petrolero y gasífero en Colombia
El sector de hidrocarburos, es decir, petróleo y gas es un pilar clave de la economía de Colombia: genera divisas por exportaciones, aporta regalías, empleos y abastece industrias. Sin embargo, en los últimos años ha entrado en una severa fase de contracción. En este artículo explicamos por qué se habla de “crisis” en el sector petrolero y gasífero colombiano, cuáles son las principales cifras que lo ilustran, qué factores la explican, cuáles sus principales impactos, y qué retos y oportunidades vienen por delante.
Panorama general y cifras clave
Producción de petróleo
- En abril de 2025, la producción fiscalizada de crudo en Colombia fue de 714,2 mil barriles por día (kbpd), la cifra más baja desde junio de 2021. Esto representó una caída del 9,6 % respecto a abril de 2024.
- Entre enero y julio de 2025, la producción promedio de crudo fue aproximadamente 746.826 barriles diarios, una disminución del 4,3 % anual.
- En el segundo trimestre de 2025 se registró una contracción del 5,7 % frente al mismo periodo de 2024.
Producción de gas natural
- En 2024, la producción nacional de gas natural se redujo un 9,5 %, al pasar de 1.058,6 millones de pies cúbicos diarios (Mpcd) en 2023 a 958,5 Mpcd.
- En el periodo enero–abril de 2025, la producción de gas sufrió un descenso del 19,2 % respecto al mismo periodo del año anterior.
Exploración, descubrimientos e inversión
- En 2024 solo se registraron 7 descubrimientos de hidrocarburos (todos de petróleo, ninguno de gas natural), lo que representa una caída del 56 % respecto a los 16 hallazgos de 2023.
- En cuanto a inversión, la inversión extranjera en el sector petrolero colombiano cayó un 36,5 % hasta septiembre de 2024.
- La actividad de perforación de pozos en Colombia cayó un 56,4 % entre 2023 y diciembre de 2024 (de 55 a 24 taladros activos), lo que provocó la pérdida estimada de 20.150 empleos directos e indirectos.
Otros factores de impacto
- En 2024 se dejaron de producir alrededor de 4,1 millones de barriles de petróleo por atentados a la infraestructura. Esta cifra creció 33 % respecto a 2023 (que ya era de unos 3 millones de barriles perdidos) por bloqueos, sabotajes y vías de hecho.
- Para 2024, las importaciones de gas natural aumentaron un 166 %, al pasar de ~80,3 Mpcd a ~214,1 Mpcd, reflejando una mayor dependencia de suministro externo.
¿Por qué ocurre esta crisis?
Varios elementos interactúan para explicar por qué el sector enfrenta una situación crítica:
- Madurez de los campos, baja exploración y caída del descubrimiento
Muchos de los campos petroleros y gasíferos más productivos de Colombia se encuentran en etapas maduras, lo que significa que su producción declina con el tiempo y se requiere más inversión para mantener niveles estables. Por ejemplo, la caída severa en los descubrimientos (solo 7 en 2024) indica que no se están generando suficientes “nuevas reservas”.
La menor exploración se refleja en menos taladros activos, menos inversión y menor capacidad para sustituir producción que se pierde por agotamiento.
- Seguridad, orden público y bloqueos
La producción ha sido afectada por atentados, sabotajes, bloqueos de vías y conflictos con comunidades en zonas petroleras. Por ejemplo: la pérdida de producción de 4,1 millones de barriles en 2024 por este tipo de acciones. Esto impacta la continuidad operativa, incrementa costos y desincentiva inversión.
- Contexto regulatorio, inversión y entorno macro
El sector enfrenta un entorno más complejo: trabas en trámites ambientales, demoras en licencias, menor apetito de inversión extranjera, y una reducción en inversión exploratoria. Por ejemplo, la caída de la inversión extranjera en 2024 antes mencionada.
Además, con precios internacionales del petróleo más volátiles y un mayor costo operativo en Colombia (por ejemplo, por logística, seguridad, etc.), el margen para mantener producción resulta más estrecho.
- Transición energética y política pública
Colombia, bajo la presidencia de Gustavo Petro, ha planteado una transición hacia energías limpias, lo que ha generado incertidumbre para los inversionistas de hidrocarburos, que pueden percibir cambios de política, normativos o de prioridades. Esta expectativa puede impactar la decisión de invertir. Por ejemplo, según ciertos análisis: “La industria petrolera podría enfrentar impactos negativos a mediano plazo” debido al reducido número de pozos exploratorios.
Impactos de la crisis
La caída del sector petrolero y gasífero tiene múltiples consecuencias, tanto para el sector como para la economía nacional, las regiones productoras y la sociedad en general.
Impacto en empleo e inversión regional
La pérdida de empleos directos e indirectos es significativa: por ejemplo, más de 20.000 empleos perdidos por la caída de la perforación. Las regiones petroleras sufren porque dependen de esta industria para bienes y servicios, lo cual impacta también el tejido económico local y proyectos de desarrollo.
Impacto en ingresos fiscales, regalías y exportaciones
La producción menor implica menor volumen para exportación, menos regalías para departamentos y municipios, menos impuestos. Por ejemplo, los bloqueos que generaron pérdida de producción también implicaron “US$ 28,5 millones menos en regalías” en 2024.
La caída en exportaciones de petróleo/gas afecta la balanza comercial, la recaudación fiscal y la capacidad estatal para invertir en infraestructura, educación y servicios.
Impacto en abastecimiento energético y soberanía
La caída en producción de gas natural y el aumento de importaciones (166 % para 2024) implican que Colombia cada vez depende más de fuentes externas. Ello genera vulnerabilidad en términos de suministro, precios y soberanía energética.
Para el petróleo, la producción en niveles más bajos también compromete la capacidad de refinación, el abastecimiento interno y los ingresos.
Impactos macroeconómicos
Un sector hidrocarburos debilitado afecta el crecimiento económico general, reduce los ingresos del Estado, limita la inversión pública y puede agravar el balance fiscal. Tal como lo advierte un análisis editorial: “La posibilidad de que entre 2027 y 2035 dejen de entrar a las arcas de la Nación no menos de 40 billones de pesos por menos recaudo”.
Retos y oportunidades hacia adelante
Aunque el panorama es difícil, también hay retos que pueden convertirse en oportunidades si se abordan con estrategia:
Reto 1: Reponer reservas e incentivar exploración
Para revertir la tendencia se necesita mayor exploración, descubrimientos de gas y petróleo, y nuevas inversiones que permitan sostener la producción. Sin ello, la extinción gradual de campos antiguos conducirá a declives de producción más agudos.
Oportunidad: Incentivos para tecnologías de mayor recuperación, asociación público-privada, revisión de marcos regulatorios que ofrezcan seguridad jurídica para inversiones.
Reto 2: Mejorar seguridad y relacionamiento con comunidades
La continuidad de la producción exige que se reduzcan los bloqueos, sabotajes y conflictos sociales. Esto implica mejorar el relacionamiento con las comunidades, compensaciones, desarrollo regional, y seguridad de infraestructura.
Oportunidad: Integrar a las comunidades productoras en el desarrollo local, fortalecer proyectos sociales vinculados al sector, fomentar cadenas de valor regionales.
Reto 3: Eficiencia operativa y costos
Con campos maduros, el costo de extraer un barril se incrementa. Los operadores necesitan eficiencia, tecnología, reducción de pérdidas, digitalización y mejoras logísticas.
Oportunidad: Implementar mejores prácticas internacionales, adopción de digitalización, mejora de infraestructura, reducción de pérdidas por robo o desperfectos.
Reto 4: Transición energética gestionada
El mundo avanza hacia energías más limpias y Colombia también plantea esa transición. Sin embargo, hacerlo de manera abrupta sin asegurar recursos de hidrocarburos puede generar desequilibrios. Se requiere una estrategia que combine producción responsable de hidrocarburos con el desarrollo de renovables.
Oportunidad: Colombia, con sus condiciones de viento, sol, biomasa, tiene potencial para liderar la transición; a la vez, los ingresos del petróleo/gas pueden aprovecharse para financiarla.
Reto 5: Diversificación económica
Reducir la dependencia de los hidrocarburos es clave para robustecer la economía. Esto implica promover otros sectores (tecnología, servicios, industria, turismo) que generen empleos y aporten a ingresos del país.
Oportunidad: Las regiones petroleras pueden reconvertirse hacia valor agregado, industria de servicios petroleros y otros sectores emergentes.
Conclusión
La crisis del sector petrolero y gasífero en Colombia está bien documentada: producción en caída, exploración en mínimos, inversión reducida, conflictos, dependencia creciente de importaciones de gas, y una perspectiva de ingresos fiscales comprometida.
Para la nación, el desafío consiste en manejar esta crisis con una estrategia clara: mantener la producción de hidrocarburos de manera eficiente mientras se transita hacia una economía menos dependiente de los fósiles. Para las regiones, el reto es aprovechar los recursos restantes para un desarrollo local sostenible. Para los actores del sector (empresas, gobierno, comunidades) la clave estará en invertir, innovar y colaborar con visión de largo plazo.
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