Cómo impacta los hábitos alimenticios y la cultura de la belleza en Colombia en la dismorfia corporal

Cómo impacta los hábitos alimenticios y la cultura de la belleza en Colombia en la dismorfia corporal
La dismorfia corporal es un tema que ha tomado relevancia en los últimos años, especialmente entre jóvenes y adultos que conviven con estándares sociales cada vez más exigentes sobre la apariencia física. En Colombia, país reconocido por su fuerte influencia cultural en torno a la belleza y la estética, los casos relacionados con esta condición mental muestran una realidad que afecta tanto la salud emocional como los hábitos alimenticios.
¿Qué es la dismorfia corporal?
La dismorfia corporal, también conocida como trastorno dismórfico corporal (TDC), es una condición psicológica caracterizada por una preocupación excesiva y desproporcionada por uno o varios defectos físicos, reales o imaginarios.
Las personas que la padecen suelen:
- Pasar largas horas frente al espejo o evitando mirarse.
- Compararse constantemente con otros.
- Sentir insatisfacción permanente con su apariencia.
- Modificar sus hábitos de alimentación y de ejercicio de manera extrema.
Este trastorno no es simplemente “querer verse mejor”, sino una alteración que puede generar ansiedad, depresión y, en muchos casos, trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia o la bulimia.
Dismorfia corporal y hábitos alimenticios
La relación entre dismorfia corporal y alimentación es directa. Quienes buscan encajar en un ideal físico suelen recurrir a:
- Dietas restrictivas extremas, eliminando grupos completos de alimentos.
- Ejercicio compulsivo, como forma de “compensar” lo que comen.
- Uso excesivo de suplementos o productos adelgazantes sin supervisión médica.
- Atracones seguidos de culpa, que pueden convertirse en un círculo vicioso dañino para el organismo.
Estos comportamientos alteran el metabolismo, generan deficiencias nutricionales y afectan el bienestar integral.

¿A qué edades es más común la dismorfia corporal?
La dismorfia corporal suele comenzar en la adolescencia y juventud temprana, etapas en las que la autoimagen se está construyendo y la influencia social y cultural es más fuerte.
- Edad de inicio promedio: entre los 12 y 17 años.
- Mayor prevalencia: en jóvenes de 15 a 25 años, cuando la presión estética, la comparación social y el uso intensivo de redes sociales es más alto.
- Casos en adultos: aunque menos comunes, también se presenta en personas de 30 a 40 años, especialmente quienes buscan procedimientos estéticos o cirugías plásticas.
¿Por qué aparece en estas edades?
- Cambios físicos de la pubertad: el cuerpo cambia rápidamente y la comparación con los pares es constante.
- Identidad y autoestima: la adolescencia es un momento clave para definir la autoaceptación, lo que puede volver más vulnerables a críticas y estereotipos.
- Redes sociales y cultura digital: en jóvenes, el uso de filtros, influencers y modelos de belleza irreales intensifica la insatisfacción corporal.
- Factores culturales en Colombia: en un país donde la estética tiene gran valor social, los adolescentes y adultos jóvenes suelen sentir más presión por encajar en un ideal de belleza.

Dismorfia corporal: ¿afecta más a mujeres o a hombres?
Los estudios muestran que la dismorfia corporal afecta tanto a mujeres como a hombres, aunque la forma en que se manifiesta y los motivos detrás de la preocupación por la apariencia suelen diferir:
En mujeres:
- La prevalencia suele ser más alta. Diversas investigaciones señalan que entre un 60 % y 70 % de los diagnósticos de trastorno dismórfico corporal corresponden a mujeres.
- La presión social está fuertemente ligada a estándares de delgadez, juventud y perfección estética.
- Muchas de las mujeres con dismorfia corporal presentan comportamientos vinculados a la alimentación (dietas restrictivas, anorexia, bulimia) y cirugías estéticas.
En hombres:
- Aunque la prevalencia es menor, la tendencia está en aumento, especialmente en adolescentes y jóvenes adultos.
- En el caso masculino, la preocupación suele centrarse en la musculatura, la estatura, la calvicie o ciertas facciones faciales.
- Esto puede llevar a prácticas de ejercicio excesivo, uso de anabólicos, suplementos sin control o procedimientos cosméticos.
¿Por qué ocurre esta diferencia?
- Estereotipos de género: La cultura ha asociado históricamente a la mujer con la belleza y la estética, lo que genera mayor presión.
- Medios de comunicación: Las campañas publicitarias y redes sociales proyectan modelos femeninos mucho más exigentes y homogéneos.
- Industria estética: Aunque cada vez más hombres recurren a cirugías, la oferta sigue orientada principalmente a mujeres.
- Cambios generacionales: En los últimos años, los hombres jóvenes también han empezado a vivir una presión social creciente hacia el “cuerpo perfecto”, lo que explica el aumento de casos en esta población.

El peso de la cultura de la belleza en Colombia
Colombia es reconocida a nivel mundial por su industria de la belleza, cirugías estéticas y concursos internacionales. Aunque este reconocimiento puede ser motivo de orgullo, también ha contribuido a normalizar estándares de apariencia que son difíciles o imposibles de alcanzar para la mayoría.
Algunos factores que influyen son:
- La alta exposición en redes sociales a figuras públicas con cuerpos idealizados.
- La popularidad de los certámenes de belleza y la cirugía plástica.
- La presión cultural hacia la “imagen perfecta” en contextos laborales, sociales y académicos.
Este entorno hace que muchos jóvenes, desde edades tempranas, perciban su cuerpo con rechazo, aumentando la prevalencia de trastornos alimenticios y dismorfia corporal en el país.
¿Cómo abordar la dismorfia corporal?
En Colombia, cada vez más instituciones educativas y de salud han comenzado a incluir programas de prevención y acompañamiento psicológico. Algunas recomendaciones para enfrentar esta problemática incluyen:
- Promover una relación sana con la comida y el cuerpo.
- Educar en diversidad corporal desde la infancia.
- Buscar apoyo profesional en psicología y nutrición cuando se identifiquen señales de alarma.
- Fomentar el uso crítico de redes sociales, aprendiendo a diferenciar entre la vida real y los filtros digitales.
Reflexión final
La dismorfia corporal es una condición que va más allá de la vanidad. En Colombia, la influencia cultural de la belleza la hace aún más visible y preocupante. Como sociedad, el reto está en generar entornos más inclusivos, realistas y saludables que valoren a las personas por su autenticidad y no únicamente por su apariencia física.
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