Artículo por Leidy Tatiana Ospina
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La Gestión del Conocimiento, como estrategia organizacional que permite identificar, valorar y potenciar el uso de los intangibles, se convierte en un aliado para las organizaciones actuales, haciéndolas conscientes de las ventajas que el saber-hacer genera en términos del desarrollo de capacidades dinámicas y, en consecuencia, de la competitividad empresarial.
Sin embargo, cuando las empresas toman la decisión de gestionar el conocimiento, se encuentran con que es un concepto que, realmente, puede ser ‘gaseoso’, es decir, no existen manuales, guías o políticas claras que permitan pasar de lo teórico a la práctico con facilidad. Entonces, ¿por dónde comenzar? A continuación, te brindo algunos consejos, enmarcados en un mapa de ruta, que pueden orientarte.
Lo primero que debes tener presente es que la Gestión del Conocimiento no es una teoría que se ajusta a la perfección en todas las empresas, sino que, desde las dinámicas, estructuras, necesidades y particularidades de cada una se debe definir y construir la estrategia que sea más conveniente. Para dicha construcción, es importante considerar:
1. Alineación estratégica:
¿A qué objetivo organizacional se “amarra” o vincula? Es importante que la Gestión del Conocimiento responda y apoye el logro de la estrategia organizacional; de esta manera se hace visible, toma relevancia y genera compromiso.
2. Definición y propósito:
La Gestión del Conocimiento, desde la mirada teórica, tiene múltiples definiciones que van desde aquellas que la describen como una estrategia hasta las que la denominan una metodología; así mismo, se realiza por muchas razones: para garantizar continuidad del negocio, para cuidar el Know How, para cerrar brechas de formación, para detonar la innovación; pero, las preguntas que debemos plantearnos son: ¿cómo entendemos la Gestión del Conocimiento en mi empresa?, ¿por qué necesitamos gestionar en el conocimiento en la organización?, ¿qué beneficios tiene la gestión del conocimiento en mi empresa? La respuesta a estas preguntas permitirá conocer la realidad de las dinámicas organizacionales, las cuales evidencian la necesidad de su implementación y generan mayor conexión con la estrategia.
3. Modelo:
¿Cómo nos organizaremos para hacerlo?, ¿cuáles son los focos de implementación?, ¿qué recursos necesitamos? Las preguntas antes mencionadas permiten definir la forma en que se dará la implementación, la cual brindará, no solo unas pautas de imitación o de proceso, sino que plantea unos centros de atención en los que focalizarse para comenzar a generar impacto.
4. Herramientas:
Un “error” común al momento de implementar la Gestión del Conocimiento en las Organizaciones es pensar que se deben aplicar la mayor cantidad de herramientas. Sin embargo, es denominado un “error” porque una herramienta sin estrategia, sin sentido de propósito, solo desgasta y genera poca credibilidad en los equipos y procesos. Las herramientas a utilizar deben estar conectadas con el modelo, con el foco y, por supuesto, con la estrategia: ¿qué es lo que necesitamos lograr en primera instancia y en qué herramienta nos podemos apoyar para lograrlo?, ¿quiénes deben implementar las herramientas y cuáles son los resultados esperados?
5. Medición:
Tal vez uno de los dolores de cabeza más significativos para quienes Gestionan el Conocimiento es determinar de qué manera medir el impacto de este. Hay quienes optan por construir indicadores de cumplimiento (número de lecciones aprendidas por área o proyecto; cantidad de mapas de conocimiento construido, etc.), pero estos se quedan solo en la operatividad del modelo. La medición debería permitirnos comprender, ¿de qué manera, esa estrategia, esa acción, esa herramienta, impactó o generó beneficios para los procesos, proyectos, áreas de la empresa? Es cierto que no es una medición directa, pero es que la Gestión del Conocimiento toca a personas que intervienen interdisciplinarmente en diferentes actividades o funciones, por lo que su medición puede enlazarse a la medición de otros indicadores operativos, tácticos y estratégicos de la empresa.
